miércoles, 4 de agosto de 2010

La despedida

Que difícil es despedirse (y que fácil que te despidan)
Una despedida siempre es traumática, si no, no es una despedida...Cada persona se plantea "la despedida" a su manera, hay varios ejemplos: quien apura al máximo y se abraza al último segundo, cuando el tren está a punto de efectuar su salida, cuando el barco está a punto de zarpar, cuando el avión está a punto de despegar...quien hace bromas continuamente para romper el hielo, para contrarrestar ese silencio inevitable que se produce debido a unos momentos de meditación, previos al fatídico desenlace....quien se etiqueta "optimista" animando (y engañándose), repitiendo, de manera reiterada, lo poco que queda para volver a encontrarse...quien directamente huye de las emociones y elude cualquier situación embarazosa alejándose inmediatamente después de descargar el equipaje...Cada persona es un mundo, y cada mundo está contaminado de manera diferente.

Pero yo he descubierto que, a veces, cuando los sentimientos se desbordan cual rio revuelto, cuando descarrilan a velocidades infernales, es tan difícil decir Hola como Adios:

- Me encuentro a escasos centímetros de ti, tus ojos brillan, el entorno es idílico; verde, agua, sol, frío, altura...me miras, te miro, sonries, sonrío, y después de un leve titubeo oigo:....."Hola".....De repente soy el hombre más rico del mundo.

- Me encuentro a escasos centímetros de ti, tus ojos brillan, pero es un brillo diferente, es un brillo de lágrima, que hace que el entorno no parezca tan idílico, a pesar del verde, el agua, el sol, mucho más frío, la altura....me miras, te miro, no sonries, no sonrío, no hay titubeo alguno y no oigo, mas adivino:...."Adios".... De repente soy el hombre más pobre del mundo.

Maldigo las despedidas, las tristes y amargas despedidas...
Hola!

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