lunes, 18 de octubre de 2010

El caos

Hoy tenía previsto empezar a relatar mi experiencia en el Camino de Santiago, del 11/09/10 al 10/10/10, pero no me encuentro nada bien. Estoy algo aturullado, abrumado, creo que estoy pagando las consecuencias de volver a la vida de mando a distancia y asfalto con olor a mierda impura.

Y es que es así.

Resulta que, no se por qué extraña razón, los sentidos se me han agudizado en mi retiro al Camino.
La mierda en el Camino huele bien, es, literalmente hablando, caca de vaca, o de oveja, o de caballo, de gallinas, de cabra,...pero su olor llega a parecerte agradable, te transporta a cuando niño, al pueblo, vacaciones, excursiones, qué sé yo...pero es pura. Llegas aquí con las pituitarias henchidas de tal maravilla y totalmente receptivas, y te encuentras de repente con el humo del tabaco y los "perjúmenes" de algun@s....y como resultado, una terrible jaqueca (tranquilo Andrés, que el jueves ya estaré recuperado).

No hablemos de la contaminación acústica; es precioso levantarse y escuchar el canto del gallo, las campanas redoblando, los jilgueros piropeándose, las ovejitas entonando, las vaquitas detonando, el zumbido de las abejas junto a las flores, tus propios pasos haciendo crujir las hojas caídas de los árboles, que a su vez se balancean por el viento que silba con vehemencia, el saludo del peregrino "Buen Camino", "Buen Camino", las cigarras cantando bajo un sol de justicia, la melodía del cauce de los riachuelos.....Me han bastado diez minutos en la calle para casi desesperarme con las bocinas, los coches, las obras, etc etc.

Menos mal que he decidido tomarme la vida con humor y con mucho amor y voy a superar todas las adversidades riéndome de ellas. Mañana prometo comenzar a explicar mi aventura.....

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