jueves, 28 de octubre de 2010

Día 4 - De Zubiri a Zizur Txiquia



Martes 14 de septiembre de 2010
Salida: 7:40h
Llegada: 13:15h
Gastos: 19,70€ (+ 25€ cargador con 4 pilas recargables)

Estoy esperando el autobús para bajar a Pamplona a comer, y comprar pilas y alguna cosilla más que me hace falta.
Hoy ha sido la etapa más larga hasta la fecha, y con sol y buen tiempo todo el día, así que me lo he tomado con calma e incluso he desayunado en un área de descanso del Camino (sí, las hay, como en las autopistas, con su fuente para avituallar, sus banquitos, sus mesas, sus lavabos para aliviarse...)


Así que he sacado lo que me sobró anoche de la cena, (esto es: un chusco de pan, un trozo de queso seco, un poquito de jamón en taquitos, el chorizo de ciervo y jabalí y una "miaja" de chorizo picante, en definitiva, una dieta equilibrada y sin apenas grasas, jeje..) y me he sentado tranquilamente a reponer fuerzas.

Qué diferencia más grande entre hacer el Camino en esta época del año y hacerlo en agosto. Y no sólo porque la temperatura es mucho más suave y los pies no sufren casi nada, sino porque no tienes que correr para coger sitio en los albergues. Sí, es cierto, estoy muy pesado con ese tema, pero es que hay una diferencia abismal entre caminar observándolo todo, deteniéndote en cualquier piedra, tumbándote en cualquier prado, y caminar compitiendo a codazo limpio casi por conseguir una litera a cualquier precio...
Por contra, hay muchos más extranjeros y la media de edad se asemeja más a la de las excursiones del Imserso.

(Un inciso: Es curioso observar lo relativas que son las distancias según el medio de transporte utilizado. Estoy viajando de Zizur a Pamplona en autobús, y lo que antes me ha llevado una hora caminando, lo estoy haciendo en apenas diez minutos....)

Cabe destacar que, en mi periplo diario, hoy he tenido una sensación de miedo y fascinación a la vez. Resulta que en un momento dado, me he encontrado con una pareja de franceses que parecían espantados. En cuanto me he acercado a ellos, he logrado ver el objeto de su preocupación; había unos caballos en medio del Camino, caballos salvajes, que parecían muy nerviosos.


Eran cuatro caballos, dos de ellos muy jóvenes. Se habían colado en el Camino por algún hueco y no podían volver al prado, ya que los campos estaban vallados con alambre de espino. Se habían asustado al ver a los peregrinos, pero intentaban pasar hacia donde estábamos. Poco a poco han ido retrocediendo, no muy convencidos hasta que se han cruzado con un autóctono, que les ha amenazado con un garrote. Ha sido el momento de mayor tensión, los caballos venían a toda velocidad hacia nosotros, y hemos tenido que esquivarlos, lanzándonos hacia la orilla del camino, con el consiguiente peligro de los alambres y el desequilibrio al llevar una mochila con ocho o nueve kilos de peso. Cuando pensábamos que todo había pasado, dos de los caballos han vuelto a pasar de nuevo, suponemos que alertados por otros peregrinos.


Los otros dos (los más jóvenes) se han quedado asustados detrás nuestro, y ha habido otra situación de incertidumbre; se han visto atrapados y han empezado a relinchar....Otra vez a tirarse contra las zarzas, galope equino, y al prado..... :(
Qué bonitos que son cuando ya están relajaditos y libres en su hábitat......
  
                                         

Para finalizar (ya he llegado a Pamplona), destacar que me he hospedado en el albergue de la Orden de San Juan de Malta, en Zizur Txiquia (Cizur Menor) un lugar que me han recomendado por su tranquilidad, que es exactamente lo que busco en este viaje. Voy a ver si como....


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