sábado, 6 de noviembre de 2010

Día 6 - De Puente la Reina a Estella






Jueves 16 de septiembre de 2010
Salida: 7:45h
Llegada: 13:10h
Gastos: 20,15€

Patio del albergue de Estella, 22h.

Quiero escribir muchas cosas y no sé por dónde empezar.
Empiezo a encontrarme con gente con la que coincidimos en otros albergues y se empiezan a entablar conversaciones. Es bonito. Precisamente esta mañana se ha marchado para su casa una chica canadiense, Marie-Helene, con la que he coincidido durante varios días (Orisson, Roncesvalles y ayer) y con la que he tenido desde el primer día muy buen rollo. Una chica muy maja, aunque quizá demasiado habladora, no calla jeje. Se ha ido bastante triste, por varios motivos, pero por lo que he hablado con ella, volverá a España, y posiblemente a hacer el Camino, ya que se ha quedado encantada.

Hoy hace una noche ideal. Se está fresquito (ha llovido toda la mañana, aunque no demasiado fuerte, sí lo suficiente para estrenar mi capa de agua, que por cierto va bien aunque me agobia algo), pero apetece.


Oigo el canto de los grillos, solamente enmudecido por el atronador vaivén de vehículos que no cesan de circular por la carretera que hay tras el patio. Estoy solo, se acaban de apagar las luces de mi habitación. Todo el mundo duerme, o al menos descansa. Me siento bien, aliviado, relajado. Llevo varios días pensando qué sería de mi vida si viviera en una casita, alejado de la urbe, con mi mujer, mis niños, mis animalitos, mi huertecillo, mi trabajo....
Me encantaría desconectar, coger la guitarra y buscarme la vida por ahí, cual trovador de la edad media, explicando historias, a niños y adultos, cantando canciones, buscando emocionar, poner la piel de gallina a cualquiera con un poema, con la palabra, con la voz, con la música. 
Me gustaría trabajar para vivir. No necesito nada más que poder alimentarme y tener al lado una familia a la que pueda entregar todo el amor que tengo dentro de mi. A lo mejor me estoy obsesionando pero echo  tanto en falta a Patri, la necesito tanto, saber que está ahí, aunque no estemos cerca, saber que (...)
Se me van los pensamientos siempre al mismo sitio, y eso que hoy no he tenido tiempo de pensar mucho en ella...


El canto de los grillos se ve ahora relegado a un segundo plano por los ronquidos de algún peregrino de la primera planta, jeje, demasiado tardaban....pero bueno, a mi no me suelen afectar los ronquidos a la hora de dormir, me quedo frito igual.

Esta noche he cenado con los madrileños Luis y Victor (curiosos elementos pero buena gente), Manuela, Natalia y Marta, que ha sido quien ha preparado la cena, huevos estrellados ricos ricos.
Todavía me quedan cosas por explicar pero empiezo a estar muy cansado, me voy a dormir.


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