jueves, 27 de enero de 2011

Día 20 - De León a Hospital de Órbigo


Jueves 30 de septiembre de 2010
Salida: 8h
Llegada: 15h
Gastos: 25,58€

Hoy estoy cansado y algo dolorido. Me duele el tibial izquierdo. Es el primer día que tengo dolor durante la etapa, y la verdad es que se me ha hecho eterna. Menos mal que ha valido la pena, Hospital de Órbigo es un pueblecito precioso, y el albergue donde estamos alojados, el albergue parroquial, es de los pocos que todavía conservan la estructura y forma de los albergues y posadas de antaño, una delicia.


Creo que mi dolor es, en parte, porque me he encontrado a Xabi en Villadangos del Páramo, justo después de desayunar, he ido a su ritmo durante el resto del día (camina mucho el gallego) y como a mi me gusta pararme a hacerle fotos a todas las cosas, cada vez que paraba tenía que aumentar mi ritmo para poder alcanzarlo....Tantos cambios de ritmo no son nada buenos, he hecho bastante sobreesfuerzo, vamos que he sido un capullo en toda regla!!.....

La mañana ha empezado bastante "incómoda". Es la primera vez en todo el Camino que tengo una sensación de rechazo de la ciudad. Ha sido saliendo de León. La verdad es que es un tramo bastante feo. He pasado por un proceso difícil de explicar. Me molestaba todo, el ruido, los olores a gasolina de los coches, la gente....Han sido doce kilómetros bastante desagradables. De repente me ha entrado un pánico feroz a volver a casa. He empezado a darle vueltas, a pensar en lo que me espera cuando vuelva, porque desgraciadamente tengo que volver....y me he asustado. No me ha gustado esa sensación, nada de nada.....


En otro orden de cosas, a diferencia de las otras veces que había venido a caminar (siempre en agosto), este año me estoy encontrando con mucha gente que se presta voluntaria a ayudarte, que te ofrecen alimentos, ayuda, etc, sin pedirte nada a cambio. No sé si se debe al espíritu de l@s paisan@s de la zona debido a que éste es un año Xacobeo, o bien que en verano ese espíritu se desvanece, por culpa de los llamados "turigrinos" que invaden campos, caminos y montes sin ninguna otra motivación que disfrutar de unas "vacaciones baratas", y eso a la gente del Camino no le gusta nada de nada.....


Empiezan a verse los bosques preciosos, los árboles como cambian sus hojas de color, los verdes pasan a convertirse en ocres, la verdad es que es una verdadera maravilla poder disfrutar de todos estos paisajes. Me encanta, me siento feliz, desahogado...
Es en estos momentos cuando recuerdo el motivo de mi peregrinación, estoy aquí para agradecer, no para pedir....tal y como me dijo mi amigo andaluz Joaquín. Estoy para agradecer que hace casi un año que puedo dormir por las noches, que no me desespero intentando buscar soluciones alternativas para poder tirar adelante, que de una vez por todas he madurado en ese aspecto.....Estoy aquí para agradecer el hecho de que tenga fuerzas cada mañana para luchar por lo que quiero y sobretodo, por lo que NO quiero.....


Hospital de Órbigo tiene mucha historia. Un caballero leonés, Don Suero de Quiñones, al parecer lió una buena en la edad media, en el puente de esta ciudad....Y todo por culpa de ser un prisionero de amor....La historia es muy bonita, pero como no quiero estropearla, si alguien está interesado, que busque información al respecto, que esta es mi historia..... :P
Yo he recogido un par de frases que se hallan reflejadas en unos paneles de dicho puente que a continuación adjunto:

"Digan que fueron burlas las justas de Suero de Quiñones del Passo" (El Quijote)
(Al parecer Miguel de Cervantes conocía de las hazañas de nuestro homenajeado caballero)

"si a vous ne plsyst avoyr mesura, certes ie suy sans ventura"  
(Qué será de mi señora, si no moderais vuestro rigor)

El caso es que el "caballero caminante" que aquí suscribe, se ha debido contagiar del espíritu de don Suero de Quiñones, y le ha escrito una carta a su amada, desde el puente medieval de Órbigo.....


Y ésta dice así:
Hospital de Órbigo,
Cuarto día de la quinta semana del noveno mes del año dos mil diez después de Cristo

Después de tantas lunas alejado de vuestro aroma, quiero que sepa de mi puño y letra que conservo intacto en mi enfermiza mente, todas y cada una de las esencias que desprende vueced, y que soy capaz de percibirlas aun estando alejados cientos de leguas....

Vuestro leal siervo se encuentra inmerso en una cruzada en contra de su indigna osadía otrora, a desafiar al poderoso caballero, don Dinero.
Es por esto, Reina de mi corazón, que huí de su lado y me perdí por las tierras de Castilla en la búsqueda de mi paz de espíritu y, si vuecencia me lo permite, en la búsqueda de nuestra felicidad, que un buen día encontramos por estos lares, y que anda escondiéndose, huyendo tras de mí, intentando escabullirse, utilizando las más oscuras artimañas con la intención de que no háyela.
Mas no sufra, guardiana de mis besos, pues tarde o temprano daré con ella, y volveré a buscarla con el precioso presente, con la intención de recuperar la mano de mi prometida, esta vez sí, para hacerla eternamente feliz.
(...)
.....que no hay gigantes ni molinos capaces de ceder en mi empeño, no hay tempestad ni vendaval, no hay rayos ni truenos, ni relámpagos, ni tormentas, ni demonios ataviados cual ángeles, ni tentación tan magnánima como para frenar a mi fiel corcel en mi lucha sin cuartel por alcanzar la tan ansiada felicidad, que no es más que volver a oir de sus labios, las palabras de amor que, un día tras otro, repitió durante un largo período de tiempo, mas nunca suficiente.
(...)

Ay, princesa de mis ojos, musa de mis oraciones,
al vaivén de sus antojos, me desprendo en emociones,
mas no busco sus enojos, si le escribo mil canciones,
de mis males me despojo, y suplico bendiciones.



No hay comentarios:

Publicar un comentario